¿Qué es la depresión?
La depresión es un trastorno del estado de ánimo que se caracteriza por una profunda y persistente sensación de tristeza, pérdida de interés o placer en las actividades cotidianas, y una variedad de síntomas físicos, cognitivos y emocionales que afectan significativamente la vida diaria de quien la padece. No se trata de una simple “tristeza pasajera”, sino de una condición clínica que puede volverse crónica si no se aborda adecuadamente.
Criterios diagnósticos
Según el *Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales* (DSM-5), para diagnosticar un episodio depresivo mayor, deben estar presentes al menos cinco de los siguientes síntomas durante un período mínimo de dos semanas, representando un cambio respecto al funcionamiento previo, y al menos uno de los síntomas debe ser estado de ánimo deprimido o pérdida de interés o placer:
1. Estado de ánimo deprimido la mayor parte del día.
2. Disminución marcada del interés o placer en casi todas las actividades.
3. Cambios significativos en el peso o el apetito.
4. Insomnio o hipersomnia.
5. Agitación o enlentecimiento psicomotor.
6. Fatiga o pérdida de energía.
7. Sentimientos de inutilidad o culpa excesiva.
8. Dificultad para concentrarse o tomar decisiones.
9. Pensamientos recurrentes de muerte, ideación suicida o intentos de suicidio.
Causas y factores de riesgo
La depresión es un fenómeno complejo, influenciado por la interacción de múltiples factores:
- **Biológicos**: alteraciones en neurotransmisores como la serotonina, la dopamina y la noradrenalina; predisposición genética; cambios hormonales.
- **Psicológicos**: patrones de pensamiento disfuncionales, baja autoestima, estilos de afrontamiento inadecuados.
- **Sociales y ambientales**: eventos estresantes de vida, aislamiento social, conflictos interpersonales, pobreza, violencia o pérdidas significativas.
Subtipos de depresión
Existen distintas formas clínicas del trastorno depresivo, entre ellas:
- **Trastorno depresivo mayor**
- **Trastorno depresivo persistente (distimia)**
- **Trastorno afectivo estacional**
- **Depresión posparto**
- **Depresión atípica**
- **Depresión con características melancólicas o psicóticas**
Cada subtipo presenta matices sintomáticos que requieren un abordaje clínico diferenciado.
Tratamiento
El tratamiento de la depresión debe ser personalizado y puede incluir:
- **Psicoterapia**: especialmente la terapia cognitivo-conductual (TCC), la terapia interpersonal (TIP) y terapias de tercera generación (como mindfulness o activación conductual).
- **Farmacoterapia**: antidepresivos como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), siempre bajo prescripción médica.
- **Intervenciones complementarias**: actividad física, regulación del sueño, alimentación saludable, técnicas de relajación y fortalecimiento de redes de apoyo.
La evidencia científica respalda la eficacia del enfoque multimodal para el tratamiento de la depresión, especialmente en casos moderados a severos.
La importancia del acompañamiento profesional
Buscar ayuda no es un signo de debilidad, sino un acto de valentía. La depresión es tratable, y un acompañamiento psicoterapéutico adecuado puede marcar una diferencia significativa en la recuperación. Si te sentís identificado/a con estos síntomas o conocés a alguien que los presenta, es fundamental consultar con un profesional de salud mental.