**Terapia Somática: La Sabiduría del Cuerpo**
En las últimas décadas, las ciencias del bienestar y la psicología han comenzado a reconocer que la mente y el cuerpo no están separados, sino profundamente interconectados. En este marco surge la **terapia somática**, un enfoque terapéutico que invita a escuchar al cuerpo como una vía de acceso a la sanación emocional, el trauma y el autoconocimiento.
¿Qué es la terapia somática?
La palabra "somático" proviene del griego *soma*, que significa "cuerpo". La terapia somática es un enfoque psicoterapéutico centrado en la integración de experiencias corporales y sensaciones físicas como parte esencial del proceso terapéutico. Parte de la premisa de que el cuerpo no solo *refleja* lo que sentimos, sino que también *guarda* información de nuestras vivencias pasadas, especialmente aquellas vinculadas al trauma.
En lugar de centrarse únicamente en el análisis verbal o cognitivo de los problemas, la terapia somática invita a los pacientes a **habitar el cuerpo**, reconocer tensiones, bloqueos, impulsos o movimientos sutiles, y facilitar que esas energías acumuladas puedan procesarse y liberarse de manera segura.
La memoria del cuerpo
Numerosos estudios en neurobiología han demostrado que el cuerpo almacena memorias implícitas —especialmente traumáticas— que muchas veces no pueden expresarse verbalmente. Estas memorias se manifiestan a través de:
* Dolores crónicos o enfermedades psicosomáticas
* Contracciones musculares o posturas rígidas
* Reacciones automáticas como sobresaltos, bloqueos o huida
* Sensaciones persistentes de angustia, opresión, vacío o tensión
La terapia somática ofrece una vía para trabajar con estos registros profundos que muchas veces no acceden a la conciencia a través del lenguaje, pero sí pueden emerger a través del cuerpo.
¿Cómo se trabaja en una terapia somática?
Existen distintas corrientes dentro del enfoque somático, como el **Somatic Experiencing (SE)** de Peter Levine, el trabajo de **Pat Ogden** con la Psicoterapia Sensoriomotriz, o los abordajes corporales integrativos como el **Hakomi** o el **Focusing**.
Aunque cada línea tiene su propia metodología, la mayoría comparten algunos principios fundamentales:
* **Observación de sensaciones corporales (interocepción):** Se guía al paciente a reconocer lo que siente en su cuerpo aquí y ahora, sin juicio.
* **Escucha del impulso vital:** El cuerpo tiende naturalmente a autorregularse. La terapia facilita el contacto con esos impulsos innatos de defensa, liberación o expresión.
* **Procesamiento de trauma sin retraumatización:** En lugar de revivir experiencias dolorosas, se trabaja en dosis pequeñas (pendulación) para permitir que el sistema nervioso integre lo vivido de manera segura.
* **Recuperación de la presencia:** El enfoque somático refuerza el anclaje al presente, favoreciendo la sensación de seguridad interna y el empoderamiento del paciente.
La sabiduría del cuerpo
El cuerpo no solo reacciona: **sabe**. Es portador de una sabiduría ancestral, biológica y emocional que muchas veces ignoramos en el día a día. Esta sabiduría se expresa a través de síntomas, sensaciones, movimientos espontáneos y también a través del silencio.
Conectar con el cuerpo es abrir una vía directa hacia el inconsciente, hacia lo no dicho, lo no pensado, lo sentido. Por eso, en contextos terapéuticos, el trabajo somático puede ser especialmente útil en:
* Trastornos de ansiedad, estrés postraumático y fobias
* Síntomas psicosomáticos o enfermedades crónicas
* Procesos de duelo, separación o pérdida
* Desconexión emocional o disociación
* Dificultades para poner límites o habitar el propio espacio
Una invitación a habitarse
La terapia somática es una invitación a **volver al cuerpo como casa**. A reconocer que sanar no siempre implica entenderlo todo, sino **sentir de forma segura**, enraizarse, y permitir que la vida interna se exprese de manera orgánica.
En un mundo donde muchas veces vivimos en la mente, sobreestimulados y desconectados, la terapia somática propone volver a lo esencial: el cuerpo como puente hacia el presente, el cuerpo como mensajero de lo que aún necesita atención, y el cuerpo como maestro de procesos que la palabra sola no alcanza.