El Músculo del Alma : Psoas

08.05.2025

**El Músculo Psoas y las Emociones: Una Puerta Corporal al Inconsciente**


El **psoas mayor** es uno de los músculos más profundos del cuerpo humano. Se extiende desde las vértebras lumbares hasta el fémur y cumple una función biomecánica esencial: permite la flexión de la cadera, sostiene la columna y nos da estabilidad al caminar, correr o permanecer erguidos. Sin embargo, en los últimos años, ha cobrado especial interés en el ámbito terapéutico por su **papel como “contenedor emocional” y vínculo directo con el sistema nervioso autónomo**.

🌿 El psoas como músculo emocional


Anatómicamente, el psoas está íntimamente conectado con el **plexo solar**, el **diafragma** y diversos órganos del sistema digestivo, lo que lo convierte en un punto de encuentro entre funciones motoras, respiratorias y viscerales. Pero su importancia va más allá de lo estructural: el psoas está implicado directamente en la **respuesta al estrés**, ya que forma parte del sistema de alerta del cuerpo.

Cuando percibimos una amenaza —física o emocional—, el cuerpo activa la respuesta de **lucha, huida o congelamiento**. El psoas se contrae de manera refleja para permitir el movimiento rápido o la protección de órganos vitales. Esta contracción es instintiva y, si el estímulo se resuelve, el cuerpo regresa naturalmente al equilibrio. Pero si la amenaza se repite, es intensa o no se puede expresar (como sucede en muchos traumas emocionales), el psoas **permanece contraído de forma crónica**, almacenando así la huella somática del evento.

 

 💠 El psoas en la Terapia Somática


Desde el enfoque de la **terapia somática**, el cuerpo no solo reacciona: también **registra, guarda y expresa** las vivencias emocionales que no pudieron ser procesadas verbal o conscientemente. En este sentido, el psoas actúa como una “caja negra emocional”, cargando tensiones vinculadas a:

* Miedos profundos y antiguos
* Inseguridad o falta de sostén emocional
* Estrés postraumático
* Sentimientos de indefensión, control o sobreexigencia
* Duelo no elaborado

Durante una sesión de terapia somática, el trabajo con el psoas puede ser **indirecto pero profundo**. A través de la respiración, la interocepción (percepción interna de sensaciones), el toque consciente o el movimiento guiado, se permite que este músculo empiece a **soltar cargas emocionales retenidas**, facilitando respuestas como temblores, llanto, suspiros, bostezos o relajación repentina. Estas reacciones no son síntomas negativos, sino señales de **descarga del sistema nervioso y liberación somatoemocional**.

✨ Psoas, cuerpo y alma


Muchos terapeutas lo llaman el “**músculo del alma**”, no solo por su profundidad física, sino porque al liberarlo accedemos a capas muy primarias de nuestra experiencia: el **instinto**, la **memoria emocional pre-verbal** y el **deseo de vivir con libertad corporal**. Cuando el psoas está relajado y funcional, el cuerpo recupera su **alineación natural**, el sistema nervioso puede autorregularse y la mente accede a estados más tranquilos de presencia y claridad.

 🔄 Consecuencias de un psoas crónicamente tenso


* Dolores lumbares, ciáticos o en la pelvis
* Respiración limitada o superficial
* Fatiga constante
* Problemas digestivos (por compresión de órganos)
* Sensación de “estar atrapado” o con ansiedad inexplicable
* Bloqueos en la expresión emocional o creatividad

🧘‍♀️ Cuidar y liberar el psoas con conciencia somática


Liberar el psoas no es estirarlo a la fuerza, sino **devolverle la confianza**. Algunas formas terapéuticas efectivas son:

* **Respiración diafragmática profunda**, que calma el sistema nervioso y relaja el diafragma (conectado al psoas).
* **Prácticas somáticas de reconexión corporal**, como el Focusing, el Somatic Experiencing o el yoga restaurativo.
* **Movimientos lentos y conscientes**, como rodar en el suelo, liberar el sacro o sostener posturas suaves.
* **Espacios terapéuticos seguros**, donde el cuerpo pueda expresar sin juicio ni apuro.


 Conclusión


El psoas es mucho más que un músculo. Es **un portal a la memoria del cuerpo, un termómetro del estrés y un mensajero emocional**. Liberarlo no es solo aliviar dolores físicos, sino también **darle voz a lo que el cuerpo calló por mucho tiempo**. Desde la mirada somática, escuchar al psoas es abrir una vía directa al presente, a la reparación emocional profunda y a la integración del cuerpo como aliado esencial en los procesos de sanación.